“Me gusta resolver problemas con innovación y crear con libertad”

Por: Airam Fernández

Salvar a una empresa familiar que está al borde la quiebra, dándole la vuelta al foco del negocio y replanteando su lugar en el mercado a punta de tecnología e innovación, es una de las tareas más desafiantes que Roberto Alfaro ha enfrentado en su vida.

Para lograr algo como eso se necesita cierto talento, mucho más cuando se trata de alguien tan joven. Alfaro tiene 33 años y hoy lleva las riendas de SCM Chile, firma especializada en la gestión de la fuerza laboral, que provee soluciones para el manejo de sistemas de WorkForce Management y que crea aplicaciones para facilitar el trabajo de las empresas. Bajo su gestión pasaron de tener cinco colaboradores a 25 en tres años, cuadruplicar las ventas en cinco años y alcanzar presencia en 15 países.

A SCM Chile aterrizó después de haber probado suerte en el mundo del emprendimiento con BIZBikes, una plataforma de e-commerce desarrollada en Nueva York para reunir la oferta de Santiago y regiones y acercarla a los ciclistas de todo el país. Por diferencias de visión con quienes eran sus socios en ese momento, decidió vender su parte e invertir ese dinero en la empresa que hoy dirige.

“El desafío inicial fue tener los flujos para no quebrar. Había que vender, y obligatoriamente tuve que desarrollar capacidades para esto, casi sin plata, en un mercado que no espera”.

“El desafío inicial fue tener los flujos para no quebrar. Había que vender, y obligatoriamente tuve que desarrollar capacidades para esto, casi sin plata, en un mercado que no espera”, cuenta el ingeniero industrial de la Universidad Técnica Federico Santa María.

Pero asegura que solo no habría podido, y de hecho cree que uno de sus mayores méritos en este camino ha sido el de saber conformar un equipo que al final es el verdadero responsable de muchos de los logros corporativos, como el desarrollo de Mypaltime, una herramienta de marcaje con biometría facial en dispositivos móviles para entregar flexibilidad en el marcaje de asistencia, que ha sido muy útil para las empresas durante la pandemia.

“Me enfoqué en armar un equipo con mentes frescas y apasionadas para poder crear soluciones disruptivas”.

“He aprendido como loco y he sufrido mucho también, sobre todo en los primeros años. Tanto que se me cayó el pelo”, cuenta entre risas. Dice que siempre ha creído en el poder que tienen las personas cuando hacen y crean cosas juntas: “Por eso me enfoqué en armar un equipo con mentes frescas y apasionadas para poder crear soluciones disruptivas”.  

La guía

El giro que dio su vida no es casual. Incluso le parece muy coherente, no solo porque al final está apostando todas las fichas en una empresa fundada por su familia, sino porque es el resultado de las decisiones que tomó y que definieron su formación, y también de las influencias que tuvo al crecer en una casa donde todos son ingenieros. 

“Me gusta mucho la música, pensaba que podía ser un buen abogado, pero también me iba súper bien en matemáticas y me gustaba la tecnología, y al final eso era lo que se me daba mejor. Entonces me fui por Ingeniería en la mejor escuela del país”.

“Creo que es uno quien va marcando su propia suerte”, dice alguien que al momento de decidir qué estudiar tenía muchas dudas. “Me gusta mucho la música, pensaba que podía ser un buen abogado, pero también me iba súper bien en matemáticas y me gustaba la tecnología, y al final eso era lo que se me daba mejor. Entonces me fui por Ingeniería en la mejor escuela del país”, repasa Alfaro sobre los hitos que lo han marcado. En paralelo cursó estudios de música en el conservatorio de la Universidad Católica de Valparaíso. Se especializó en guitarra clásica y cuando no está trabajando o haciendo deporte, está componiendo para Zumba La Calavera, su banda.

Y justo ahí, en esa mezcla de habilidades, está lo que mejor define su perfil profesional: “Me gusta resolver problemas con innovación y crear con libertad, abordar los problemas ingenieriles y de la industria con la libertad creativa que entrega el arte. Solo así es cómo se empiezan a ver soluciones por todos lados”, dice, mientras admite que es algo que siempre ha intentado transmitir a su equipo y cree que hasta ahora lo ha hecho bien. De lo contrario, en SCM Chile no habrían podido consolidar un área de I+D y otra de consultoría, que antes no existían. 

“Me gusta abordar los problemas ingenieriles y de la industria con la libertad creativa que entrega el arte. Solo así es cómo se empiezan a ver soluciones por todos lados”.